MIEDO DA A VECES COGER UNA PLUMA

"Miedo da a veces coger una pluma y ponerse a escribir,
miedo da a veces tener miedo a tener miedo [...]"
Gloria Fuertes

miércoles, 28 de noviembre de 2012

De la muñeca...


En un principio no sabía si era real o no, si tan sólo era una visión. Si ya haberla visto un día me parecía poco probable, verla dos me parece imposible. Es la misma mujer de ayer, un esperpento, la decadencia de una muñeca rota. La cara pálida, palidísima, el pelo amarillo despintado y una capa de maquillaje que el frío seguramente muere por cuartear, ayudado por la poca –o falta total de- calidez que debe tener su piel.

La muñeca seguramente espera el metro todos los días laborales a la misma hora con ese mismo abrigo rojo a juego con su labial. Sin embargo, no concibo que hayamos coincidido antes y yo no la haya visto. Tiene que ser imposible no verla.

Pero no ha sido ella la que ha irrumpido en mi mundo: he sido yo quien ha irrumpido en el suyo. Ahora, a cada palabra que escribo, resquebrajo esos muros que tanto le habrá costado levantar. Bloque a bloque construyó un triste intento de fortaleza con polvos compactos, sombras para ojos, rouges y colorines. Ella nunca lo sabrá, pero he violado su intimidad al poner atención a los solitarios pensamientos que se dejan ver a través de su postura mientras espera en el andén.

No tengo por qué meterme en donde no me llaman, pero toda mi culpa se borra al levantar los ojos para descubrir que ella también escribe y, a intervalos, me lanza miraditas de plástico negro. Al final son mis muros los que se derrumban estúpida e inexorablemente.

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