MIEDO DA A VECES COGER UNA PLUMA

"Miedo da a veces coger una pluma y ponerse a escribir,
miedo da a veces tener miedo a tener miedo [...]"
Gloria Fuertes

viernes, 15 de marzo de 2013

De Midas...


¿Qué? ¿Crees que tienes alas?

Te las han quitado si es que alguna vez las tuviste. Los colores que ves no son colores, son códigos. Antes había millones y alguna vez nadaste entre todos ellos. Ahora no. Ahora te has ahogado y sólo ves azul. El rojo azul de la ansiedad. Mientras te hundes en el suelo blanco de la cocina las voces dentro de ti quieren gritar. Todas al mismo tiempo quieren gritar y se asfixian unas a otras. Por favor, diles que paren o terminarán por asfixiarte a ti también.

Bilis, pura y amarilla bilis que te nubla la vista. No hay nada más dentro de ti. Te has vaciado y no encontrarás justificación por más que la busques, no eres justificable. Existes porque existes. Y si llega el día en que descubras que hay una razón para tu existencia, más te vale olvidarlo tan pronto como puedas o bailar como el miembro más reciente de la rueda en la Danza de la Muerte.

Ya estás de nuevo en cama. No sé cómo has logrado arrastrarte hasta allá. Admirable, sin duda alguna. Mueres de frío y sudas bajo cinco capas de algodón, de nylon, de polyester, de lana, de plumas, de lo que sea que se haga la ropa de cama hoy en día. Cuando te tapas sientes que no puedes respirar con tanto peso oprimiéndote el pecho, pero la desprotección de estar destapado es insoportable. La saliva se espesa en tu garganta y sabes que ahora es un bloque cuyas esquinas te raspan y se estanca en el estómago para siempre. Por eso cada día te cuesta más moverte; tu centro se hace más y más pesado. Todo te cansa. Lo que una vez fue hermoso, hoy es repulsivo por no marchitarse. El mundo se ha vuelto amarillo como contagiado por tu bilis. Eres como el rey Midas y has tocado demasiadas cosas.

Tranquilo, Midas, no digo que puedas volver a empezar, no digo que haya un lugar real al que puedas escapar, pero sí que puedes fingir que así es. Engáñate, engáñate una y otra vez y camina en círculos si es necesario. Cualquier cosa es mejor que el piso de la cocina, que las pesadillas, que el color de la bilis; cualquier otra cosa es mejor que esta cualquier cosa.

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