MIEDO DA A VECES COGER UNA PLUMA

"Miedo da a veces coger una pluma y ponerse a escribir,
miedo da a veces tener miedo a tener miedo [...]"
Gloria Fuertes

martes, 9 de agosto de 2011

De las ideas...


Para León, que me dio la idea de las ideas. Entre otras.

Las ideas no son ni buenas ni malas. Las ideas son sólo eso: ideas. Es fácil pensar que la creatividad está truncada, cuando no es ésta la del problema. El problema realmente son los juicios de valor a los que algunos –ni muchos ni pocos; algunos- sometemos nuestras interpretaciones de la realidad. Y es que todo viene de la realidad; el ser humano nunca ha sido lo suficientemente inteligente ni imaginativo como para inventar algo completamente nuevo. Seguramente esto ya lo han leído anteriormente, muy probablemente más de una vez. Tratar de imaginar un color nuevo, un color que jamás haya sido visto por ojo humano, es imposible.

Todos somos un nudo de patrones. Hay muchos más humanos que patrones. No sólo repetimos patrones de otros, sino que nosotros mismos somos cíclicos. Buscamos y tropezamos con lo mismo una y otra vez. Lo que creemos haber aprendido, con la menor variación, deja de sernos conocido. Cosa que, evidentemente, es más fácil ver de fuera. La razón de la ceguera que presentamos ante las razones obvias de nuestras acciones, es el miedo de entendernos y aceptarnos como voluntariamente necios. Somos necios. Más veces de las que estamos dispuestos a aceptar, sabemos que estamos cometiendo un error. Sin embargo, preferimos ignorarnos o justificarnos; cada quien con lo que le parezca más cómodo.

Esto último es lo más importante: nos gusta la comodidad. Amamos la comodidad. Por regla general, hasta aquellos que presumen de espíritu aventurero (a veces, inclusive, éstos más que los demás), tienen más de calculadores que de cualquier otra cosa. No tiene nada de valiente arriesgar lo que no es esencial para nosotros. En cuanto a esto, no es tan difícil engañarse a uno mismo. A base de repetir una y otra vez lo mismo a todos, e inclusive sin externarlo siquiera, uno se expone a creer sus propias mentiras. Uno se expone a creer que sus propios pretextos y justificaciones son válidos. Qué peligro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario